¿Qué es la transformación cultural?


Introducción a la transformación cultural

Para Alfred L Kroeberla cultura consiste en modelos implícitos y explícitos, de conducta y para la conducta, modelos adquiridos y transmitidos”. En el mundo empresarial actual, las compañías que progresan y que consiguen mantener su desarrollo son las que consiguen mantener en eje su cultura y su estrategia. Las necesidades de la sociedad y de los trabajadores y las trabajadoras marcan el futuro del tejido laboral, mirando siempre, por supuesto la rentabilidad.

Las personas que componemos las plantillas actualmente tenemos valores, ideologías y misiones diferentes a las de hace varias décadas. Con ello, las empresas comienzan a virar en pro del bienestar de las personas como clave para conseguir llevar un paso más allá a la compañía. ¿Es compatible con la rentabilidad y los números? Rotundamente sí, estudios recientes demuestra que empresas punteras y exitosas como son Apple o Google ponen a los equipos de trabajo en el centro de la estrategia. Retener y promocionar el talento se está convirtiendo en la mejor arma para garantizar el desarrollo. La formación resulta clave en este proceso.


Proceso de transformación cultural

En todo proceso de transformación, el modus operandi es el mismo y consta de tres preguntas:

  • ¿Dónde estamos actualmente?
  • ¿Dónde queremos estar?
  • ¿Cómo lo conseguimos?

A través del análisis concienzudo de estas tres cuestiones se puede crear una estrategia para alcanzar los objetivos y garantizar la supervivencia de la compañía.

Esto no ocurre de un día para otro, es un proceso largo. No hay nada más difícil que cambiar hábitos, rutinas e ideas que consideramos inamovibles. Es un proceso que implica a todos los seres humanos de una empresa, desde la CEO hasta el último trabajador que ha sido contratado. Es necesario contar con una persona o un departamento que se convierta en el/la agente del cambio. Se convertirá en la guía que conduzca la transformación cultural de la empresa hasta el éxito.


Inspección: ¿dónde estamos actualmente?

Los primeros pasos en la transformación digital son muy importantes porque consisten en realizar un autodiagnóstico de la situación actual de la empresa. Para ello es bueno dividir la tarea en varios ámbitos para poder realizar una revisión exhaustiva. Este es sólo un ejemplo, analiza tu empresa y describe cada campo:

  • Misión: Detecta la misión real de la empresa. Este punto no se refiere a que describas qué producto o servicios se ofrecen. Mira más allá, ¿qué aporta lo que se produce en la empresa? ¿Cómo cambia o facilita la vida de otras personas o compañías?
  • Valores: ¿Cuáles son los pilares actuales sobre los que se asienta la actividad empresarial? Detecta los 3 o 4 valores que determinan la actividad y la filosofía de la compañía.
  • Prácticas: Este es uno de los puntos más extensos porque involucra de manera diferente a cada perfil y departamento. ¿Cómo es el día a día laboral? ¿Qué flujos de trabajo están implementados? ¿Cómo se gestionan los problemas?
  • Personas: ¿Qué posición ocupan las personas en la compañía? Los trabajadores y las trabajadoras son el motor de la empresa. ¿Qué consideración tiene actualmente el talento de las personas? ¿Qué tipo de jerarquía reina?
  • Tecnología: Sin duda las llamadas nuevas tecnologías nos ayudan en nuestro día a día: desde un ordenador o un móvil, hasta maquinaria pesada y cualquier sistema electrónico que se nos pueda ocurrir. ¿Está verdaderamente integrada la tecnología en nuestro día a día?
  • Espacio: Aunque puede parece una tontería, la disposición física de los elementos y las estancias determinan qué tipo de empresa tenemos. ¿Es diáfana o está compartimentada? Cada muro, cada mueble, cada habitación dice mucho del camino que ha tomado la compañía.


Destino: ¿dónde queremos estar?

Después de analizar el estado de la empresa hay que comenzar a ver las fortalezas y las necesidades. Es conveniente utilizar los mismos ámbitos que durante el diagnóstico para poder realizar una perspectiva de futuro. Es un proceso lento que requiere de un estudio amplio sobre cada punto. No lo puede hacer una persona sola, es necesario involucrar a los departamentos y a las personas. Un buen método es lanzar preguntas a los trabajadores y las trabajadoras para ver cuáles son sus necesidades tanto a nivel personal como laboral. Ahí está la clave, unificar el bienestar laboral y personal de las personas con el éxito en el devenir empresarial. No es fácil, eso está más que claro, pero es necesario para continuar con el desarrollo empresarial en pleno siglo XXI. Un ejemplo claro es como cada vez más las empresas van pasando de una jerarquía vertical a una jerarquía horizontal donde todas las voces son escuchadas. De esta manera conseguimos no perder ni un ápice del talento. Al final eso es lo que queremos conseguir: potenciar al máximo el talento personal.


Medio: ¿cómo lo conseguimos?

Llegados a este punto ya tenemos que ponernos manos a la obra. Hay múltiples metodologías para llevar a cabo la transformación dependiendo de lo que queramos conseguir. No hay que ponerlo todo patas arriba de un día para otro, es algo paulatino. Para ello lo más importante es involucrar a todas las trabajadoras y los trabajadores. Aquí hay algunos puntos clave:

  • Agente o agentes del cambio: Necesitamos líderes y lideresas que marquen el ritmo y que involucren al ritmo. Van creando el camino por el que el resto van a ir caminando. Sus huellas marcan el destino.
  • Redistribución de los espacios: ¿No hay demasiado muros en tu oficina? Las paredes separan y crean una sensación de jerarquía estática que puede ser perjudicial para el flujo de la comunicación.
  • Digitalización: Las nuevas tecnologías nos ayudan a realizar con más rapidez y eficiencia nuestras tareas diarias. La digitalización no solo consiste en aprender a usar aparatos informáticos, sino en hacer un cambio cultural en su uso. Por ejemplo, el uso del papel se debe reducir al mínimo para la protección del medioambiente, hay que hacer ese cambio de chip. Como esto, muchas otras cosas: planificación, gestión, reuniones…
  • Grupos de trabajo: Todas las empleadas y los empleados son una parte fundamental de las compañías. Su talento es el que mueve el mundo. Es bueno fomentar equipos de trabajo inteligentes (Smart team) que puedan autogestionarse y donde la comunicación sea constante.
  • Formación: La formación es la llave para la evolución. La palabra formación a veces nos da miedo y nos aburre porque nos imaginamos las interminables horas en una sala de reuniones escuchando al ponente hablar sobre un tema concreto. La formación ha cambiado por completo, la formación es divertida. El formato ha cambiado y la formación ya no es tan académica, puede ser atractiva, lúdica, emocionante… En the three axis proponemos cursos de formación elearning que permiten aprender desde cualquier lugar. A través del storytelling conseguimos comunicar el mensaje desde la emoción para conseguir el verdadero cambio.
  • Liderazgo: Con la transformación cultural llega la disolución del liderazgo tradicional a través del cual el jefe o la jefa emite ordenes directas y la plantilla obedece. La colaboración es la clave y todas las personas deben sentirse involucradas para dar lo mejor. Realizar reuniones de seguimiento es muy útil para comprobar el estado de los proyectos y el bienestar del equipo.

No estamos en una era de cambios, sino en un cambio de era caracterizado por la digitalización de prácticamente todo lo que nos rodea.

Emérito Martínez

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